En los días previos a las rebajas empiezo a emocionarme y a pensar en todas las cosas que voy a comprar, lo baratas que van a salir y lo poquito que voy a gastar. Me paso dos semanas, por lo menos, programando mi primer día de rebajas y pensando en todo lo que necesito. En ocasiones, incluso me doy una vuelta por las tiendas de la zona con ojo avizor, para no perder detalle de donde están ubicadas aquellas prendas que me interesan y así poder preparar mentalmente un recorrido cronometrado con el fin de conseguir mi objetivo en un tiempo record, antes de que se acabe todo!!!.
Durante estos días mi cabeza soñadora me lleva a pensar que existen gangas de camisetas estrelladas D&G a tres euros, botines de borreguito Pura López a diez o mi bolso soñado de Chloé por veinticinco. ¡Todo de temporada y monísimo!
¿Cual es mi cruda realidad? Pues que el primer día de rebajas, ese que tenía perfectamente organizado, nunca voy. El segundo día de rebajas, ¡Tampoco! y ni siquiera consigo ir en la primera semana!!!
Si por el contrario, consigo llegar al primer día de rebajas, con el torrente de gente, las colas para probar, para pagar y el calor que hace, me suele entrar un agobio repentino y en menos de quince minutos estoy fuera, sin haber conseguido ni coger una miserable camiseta.
Al final, me animo a ir cuando ya ha pasado una semana y me encuentro los restos de lo que pudieron haber sido unas buenas rebajas. Nunca queda talla, lo que hay en esos momentos está de pena y es poco aprovechable. Mis sueños de princesa en busca de gangas quedan automáticamente reducidos a cenizas y entro en depresión.
Lo peor de todo ¿Sabéis que es? que siempre encuentro alguna amiga con un montón de cosas que se ha comprado tiradas de precio y en la última semana de rebajas!!!! y me pregunto yo. ¿Cómo lo conseguirá?
¿Lo sabes tú? Por favor, dime tu secreto,... por el bien de mi economía...
Yo creo que el truco es la paciencia. Y como no tengo mucha, no me paso los primeros días. :)
ResponderEliminarxoxo
B* a la Moda
Pues creo B que a mi me pasa lo mismo. Tengo poca paciencia, aunque ¡me encantaría tenerla! Por lo menos para no ir siempre al final, porque es mucho más difícil conseguir cosillas... :(
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