En estos tiempos de crisis en los que estamos no hay nada mejor que poder echar mano de un buen enchufe, y si es un trifásico muchísimo mejor.
Esta es la conclusión a la que he llegado hoy después de una serie de acontecimientos que me han hecho pasar de un estado de emoción, ilusión y éxtasis, a la depresión profunda en milésimas de segundos.
Hace años, aunque no demasiados, pensaba que yo nunca querría ser una enchufada, que todo lo conseguiría por méritos propios y que la vida sería justa conmigo si actuaba correctamente, pero con los años me he dado cuenta de que no, de que la vida da muchas vueltas, y de que los enchufes, allá donde estén, hay que aprovecharlos al máximo.
Quizá esta forma de pensar parece muy superficial, pero a la orden del día están comentarios como: "Si conociese a fulanito..." "tengo un amigo que te puede echar una mano"...
Hace días, leyendo un foro sobre este tema, me di cuenta de que había un elevado porcentaje de personas que aseguraban que hoy en día los enchufes ya no funcioban y que las empresas ya no estaban dispuestas a cargar con incompetentes por tiempo indefinido.
Quizá las cosas cambien en un futuro pero hoy en día estoy segura de que si puedes echar mano de un buen enchufe, conseguirás lo que quieres con mayor rapidez y por el camino más corto.
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